Actualmente la comunidad científica reconoce los cambios profundos que se han sucedido en materia de salud en el mundo estos últimos 50 años. Los avances científicos, la organización en la atención de la salud y la mejores condiciones de vida de las personas, ha disminuido la mortalidad tanto infantil como la de los adultos en todas las enfermedades prevalentes, esto hizo que se prolongue la vida de las personas. O sea, que se ha modificado la epidemiología, tomando un papel preponderante las enfermedades crónicas (EC), produciendo modificaciones en las estrategias de los programas de salud a todo nivel.
Hasta los años 50, se consideraba portador de una EC a aquella personas que tenía una entidad bien definida desde lo biológico, que era de larga duración, que no tenía posibilidad de curación, como ser una diabetes o una parálisis cerebral. Esto se ha debatido ampliamente, particularmente por los sociólogos y los psicólogos, quienes por estudios empíricos dicen que hay aspectos comunes a todas estas condiciones de cronicidad y que van más allá de categorizar a las personas. Por los tanto para establecer estrategias de salud habrá que mirar el conjunto de estos problemas. O sea que, aunque la duración de la enfermedad sea el elemento básico para juzgar la cronicidad, también interesan, en términos de prevención, rehabilitación y costos, la enfermedad, el compromiso funcional y la presencia de múltiples daños.
De cada una de estas patologías se abordará lo siguiente